Cuando la Culpa nos persigue

Lectura Bíblica: mr. 14:72
“Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo canto dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.”
Pedro, uno de los discípulos más influyentes entre los discípulos, el líder de los doce. Cuando él decía algo todos lo apoyaban. O cuando el maestro preguntaba algo era el primero en responder. Por ejemplo: cuando Jesús manifiesta que debía ser entregado a los principales y ser muerto por mano de ellos, Pedro salta de frentón y le dice que el lo defendería hasta la muerte.
Mr. 14:27-31
“entonces Jesús les dijo: todo os escandalizareis de mi esta noche; porque escrito está: heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Entonces Pedro le dijo: aunque todos se escandalicen, yo no. Y le dijo Jesús: de cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. Mas él con mayor insistencia decía: si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo”
Si analizamos la personalidad de Pedro, tenía un temperamento altivo de lo que podía hacer. Sus capacidades las tenían claras, sabía que podía hacer muchas cosas. Pero lo que no tenía claro es que ya no era con sus capacidades o fuerzas sino con el E.S.
Mr 14:37:38
“vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿Duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
Zac 4:6
“…No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
A muchos de nosotros nos sucede lo mismo. Pensamos que podemos salir de la tentación con nuestras propias fuerzas, y nos damos cuenta que al minuto después estamos recordando el pecado que hicimos y lloramos como Pedro.
Que el gallo canto dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.”
Pro 16:18
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.”
Lc 14:11
“porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.”
La realidad es la siguiente: No podemos luchar con algo que desconocemos sus fuerzas.
Pedro desconocía el poder de la tentación, por eso le dice al maestro que el podía salvarlo. Hoy nosotros como cristianos al no tener el conocimiento de la fuerza de la tentación no le damos importancia. La caída no llega de la nada, actúan diferentes miembros para llegar a su meta.
Sgto. 1:14-15
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”
1.      Concupiscencia
2.      Pecado
Estos dos personajes son los que llevaron a Pedro y a nosotros a muerte.
La biblia menciona a un Pedro arrepentido de su pecado, a tal punto que lloraba cada vez que recordaba lo que había hecho.
“Y pensando en esto, lloraba.”
Desde ese día, su vida cambio, el Pedro que respondía rápidamente, el que guía a los demás, el fervoroso de espíritu, ya no existía… ¿Qué paso? La culpa lo consumía. Cuando Pedro y los demás saben que Jesús habías resucitado, dos de los doce corrieron a la tumba de Jesús. Y relata la biblia que Pedro corría más lento. ¿Por qué? ¿Era porque su estado físico se lo impedía? NOO!!! Él se sentía tan culpable de haber negado a su maestro que no quería ver su cara de decepción, o tal vez no quería escuchar un TE LO DIJE PEDRO, PORQUE ERES TAN SOBERBIO. 
Jn 20:3,4
“y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.”
¿Cuándo pecamos cual es nuestra reacción ante Dios? ¿no es la misma que tubo Pedro?
Pero Dios no quiere que nosotros vivamos con culpa, Jesús no quiso que Pedro viviera con una culpa dentro de sí. Es por eso que cuando el resucita un ángel le dice a las mujeres en el sepulcro “Avísenle a los discípulos y a Pedro.”
¿Por qué hace diferencia entre Pedro y los demás? Porque Jesús sabia que Pedro estaba mal, y que necesitaba liberarse de la culpa.
Mr. 16:6-7
“mas él les dijo: no os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis.”   
Con esas palabras nos damos cuenta que Jesús ya estaba organizando una reunión intima con Pedro, donde iban sincerarse el uno al otro.
Jn 21:15-18
“cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: sí, señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: si, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿me amas? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto te digo: cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.”

  
Nota: Todo el contenido de esta pagina es obra del Espíritu Santo. Nosotros solo somos administradores de su gracia. 

2 Pe 
1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.


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