Vida en el sequedal

Vida en el sequedal

Lectura bíblica: Isaías

44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 44:4 y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. 44:8 No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.

Las Tierras áridas constituyen un ambiente natural de baja productividad, donde el agua suele ser el principal factor limitante para la producción biológica. Al superar los factores limitantes económica y técnicamente - las tierras áridas pueden volverse moderadamente productivas.

Es asombroso darnos cuenta, que a través de la escritura, el pueblo de Dios fue  comparado con una tierra árida, carente de una vida espiritual fructífera. Inexplicable, entendiendo que Dios mismo nunca limito su agua para dar vida en el sequedal en el pueblo; ¿que sucedió? Estando en una sequedad espiritual, rechazaron la fuente que les daría una buena producción.

Jeremías
2:13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

La sequedad espiritual, es un factor preocupante para Dios, ve con asombro a su pueblo en un desierto sin vida y pronto a ser fuertemente destruidos por las condiciones que le rodean.

Ezequiel
37:1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 37:2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 37:3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 37:4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 37:5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 37:6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

En tiempos de Jesús, los hombres cavaron para sí cisternas rotas, no retuvieron la fuente misma de Dios y sus vidas espirituales, a pesar de estar tan cerca de las escrituras y la presencia de Dios en el templo, sus vidas eran un sequedal, una tierra árida sin vida.

Mateo
23:27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.

Nosotros debemos reconocer, al igual que el pueblo de Israel, que somos tierra árida y necesitamos las aguas del río de Dios para limpiar lo malo existentes en nosotros; esta agua producirá sanidad a la tierra y renaceremos espiritualmente.

Ezequiel
47:9 Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río.

Nuestro proveedor, quiere darnos vida a través de su agua, el pueblo debe vivir constantemente junto a ellas y no en cisternas rotas que no pueden retener esta agua.

Salmos
46:4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo.

Ezequiel
37:11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 37:12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 37:14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

Dios quiere darnos vida en medio del sequedal espiritual en el que estamos inmersos, la vida es la esencia misma de él, por lo tanto quiere ver a su pueblo lleno de vida con abundante gozo en su interior.

Isaías
43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.
43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. 43:20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

Debemos reconocer que necesitamos de esta agua que nos ayudará a salir del sequedal, el agua siempre permanecerá en el mismo lugar, solo debemos acercarnos a Jesús, quien la otorga gratuitamente.

Apocalipsis
21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Juan
4:13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 4:14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Si tenemos el Espíritu Santo de Dios, podemos decir que no somos tierra árida, estamos seguros que la vida esta en nosotros a través de él.

Juan
7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 7:39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

Nota: Todo el contenido de esta pagina es obra del Espíritu Santo. Nosotros solo somos administradores de su gracia. 

2 Pe 
1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Para mayor información: dario.molina.c@gmail.com 





Entradas populares de este blog

El pan mojado

Multitud o discípulo