Victoria

Victoria
Lectura bíblica: Hebreos

11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 11:34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

En ocasiones la situación se vuelve adversa en demasía; vemos con desesperación como nuestra alma no tiene de donde aferrarse, tratamos de salir con nuestras fuerzas y se vuelve imposible, las únicas fuerzas que teníamos las ocupamos y estamos siendo absorbidos por la desesperación. Pero justo en ese momento llega la solución: Fe

Mateo
14:29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 14:31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

El miedo a lo que nos pueda pasar en este mundo, muchas veces debilita nuestra fe; Pedro, estaba logrando lo imposible caminando por las aguas, hasta que el temor a la tormenta lo hizo hundirse en la desesperación. El miedo a las circunstancias de la vida ahoga nuestra alma sin fe.

Marcos
5:35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 5:36 Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.

Este hombre lo único que tenía que hacer era dejar sus miedos y creer que lo imposible para Dios no existe. El don de la fe de Jesús, no actúa en el miedo, sino en la capacidad de mantener el dominio de nuestros sentidos y creer que Dios lo hará.

Mateo
8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

Hebreos
11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

En las tormentas de esta vida, nuestra fe puede debilitarse por causa del miedo a lo porvenir y el enemigo será el personaje antagónico de nuestra historia; se encargará en lo posible de destruir nuestra condición espiritual, infundirá temor en nuestro espíritu. Por ese gran motivo no nos puede faltar la fe, es nuestro escudo para hacerle frente.

Lucas
22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 22:32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Efesios 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Esos dardos van directamente a destruir nuestra fe en Dios, dardos que tienen nombre: preocupaciones, aflicciones, angustias, etc. Las cuales causaran un gran temor en nosotros, debilitando así la fe depositada en nuestro interior ¿Estás dispuesto a enfrentar esos dardos sin el escudo de la fe?

1 Pedro
5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 5:9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 5:10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

Abraham siendo atormentado por su condición física y no poder tener descendencia, no se debilitó en su fe ante tal circunstancias de la vida; luchó legítimamente con su Fe y obtuvo la victoria.

Romanos
4:18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.

La fe es un don que debe ser multiplicado en nosotros. El solo hecho de tener fe no nos salvará en lo absoluto, las obras que hagamos a través de ella nos salvará.

Mateo
25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

El siervo sabía que su señor podía multiplicar los talentos, tal vez al referirse a su Señor de esa forma, pensaba que él le podía ayudar: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste” Así actuamos muchas veces nosotros, diciendo: Señor tu eres poderoso para sacarme de esto, ayúdame! Dios quiere que pongamos en practica nuestra fe y no que acudamos como siervos negligentes.

Santiago

2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 2:20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 2:21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 2:22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 2:26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.


Nota: Todo el contenido de esta pagina es obra del Espíritu Santo. Nosotros solo somos administradores de su gracia. 

2 Pe 
1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Para mayor información: dario.molina.c@gmail.com 

Entradas populares de este blog

El pan mojado

Vida en el sequedal

Multitud o discípulo