Realidad del Joven y la realidad de Dios
“los muchachos
se fatigan y se cansan, los jóvenes
flaquean y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se
fatigarán.”
La realidad de
nosotros como jóvenes es que estamos sujetos a muchas pasiones y deseos de este
mundo. De las cuales la mayoría de las veces les damos el lugar. En la Biblia
tenemos a muchos grandes hombres de Dios, pensamos que sus vidas fueron
intachables delante de él, que su juventud fue poderosa. Pero la realidad es
otra.
Por ejemplo: David, fue un gran hombre de Dios, llego a ser un héroe de
la fe.
He 11:32-33
“¿y que mas
digo? Porque el tiempo me faltaría
contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de
Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia,
alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,
evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en
batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.”
¿Pero su
juventud? ¿Cuál fue su realidad?
Salmos 25:7
“de los pecados
de mí juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia
acuérdate de mí, por tu bondad oh Jehová.”
David, tal vez
paso lo mismo que nosotros, tentaciones por doquier, pecó muchas veces delante
de Dios. Pero paralelamente a esta realidad existía otra realidad, LA DE DIOS.
¿Cuál era la realidad de Dios en la vida de David?
Dios no veía a
David como el gran pecador, vio un gran potencial en él, grandes virtudes,
grandes habilidades y por sobre todo eso un corazón que le agradaba a él. Dios
vio un rey y no un joven pecador.
1 Samuel
16:11-13
“entonces dijo
Samuel a Isaí: ¿son éstos todos tus hijos? Y él respondió: queda aún el menor,
que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: envía por él, porque no nos
sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo
entrar; y era rubio, hermosos de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo:
levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo
ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de
Jehová vino sobre David…”
La realidad de
David era ser pastor toda su vida. Como jóvenes nosotros decimos si vivimos en
nuestra realidad o nos trasladamos a la realidad de Dios. Para pasar a la
realidad de Dios debemos despojarnos del mundo y sus deseos, de lo contrario no
podemos pasar a la realidad de Dios. David cada vez que pasaba a la realidad de
su carne pecadora se humillaba para volver a la realidad de Dios.
Cuando estamos
en pecado, siempre decimos que no podemos salir de él, que es tan difícil dejar
de pecar. (Nuestra realidad) Pero Dios dice que si podemos (Realidad de Dios). Leamos
los consejos de Stgo y de Juan en este asunto.
Stgo 4:7
“Someteos, pues,
a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
1 Jn 2:13
“…os escribo a
vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno…” “…os he escrito a
vosotros, jóvenes, porque sois fuertes,
y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno.”
La realidad es
que somos débiles, pero en la realidad de Dios él nos ve fuertes.
Joel 3:10
“forjad espadas
de vuestros azadones, lanzas de vuestros hoces; diga el débil: FUERTE SOY.”
2 co 12:9-10
“y me ha dicho:
bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto,
de buena gana me gloriaré más en mis debilidades, para que repose sobre mí el
poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.”
Con la palabra
de Dios podemos vencer al diablo. Jesús lo hizo cada vez que fue tentado por el
diablo, esa es la manera en la que podemos resistir al diablo.
Mt 4: 9-11
“y le dijo: todo
esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: vete Satanás,
porque escrito está: al señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo
entonces le dejó, y he aquí vinieron ángeles y le servían.”
Salmos 119:9
“¿con qué
limpiará el joven su camino? Con guardar su palabra.”
David estaba
destinado por la realidad de su Padre a ser un simple pastor de oveja. Pero
para Dios esa realidad no vale, él tenía una realidad distinta para David, ser
Pastor pero de un pueblo innumerable.
La realidad de
Pedro era ser pescador toda su vida, vivir frustrado, ser parte del vulgo. Pero
en la realidad de Dios Pedro era un pescador de hombres, un gran evangelista.
Lc 5:10
“y asimismo de
Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo
a Simón: no temas; desde ahora serás
pescador de hombres.”
1 Samuel 16:7
“porque Jehová
no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus
ojos, pero Jehová mira el corazón.”
Tal vez muchos
forjamos nuestros propios destinos, aceptando nuestra realidad y no la realidad
de Dios. Diciendo: voy a ser siempre un fracasado, nunca voy a vencer el
pecado, siempre estaré en la última banca, nunca voy a ser un predicador, nunca
voy a ser un gran profesional, etc.
La realidad de
Dios nos dice: nunca vas a ser un fracaso, serás más que victorioso si
permaneces en mí.
Ro 8:37
“Antes, en todas
estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
La realidad de
Dios nos dice: vas a vencer el pecado.
Ro 6:14
“porque el
pecado no se enseñoreara de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracias.”
La realidad de
Dios nos dice: siempre estarás por cabeza. La realidad de Dios nos dice: los haré
pescadores de hombres.
Joven, que nadie
te menosprecie por lo que eres, rompe con la realidad que te imponen y
trasládate a la realidad de Dios.
1 tm 4:12
“ninguno tenga
en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza.”
Nota: Todo el contenido de esta pagina es obra del Espíritu Santo. Nosotros solo somos administradores de su gracia.
2 Pe
1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.